El planteamiento de la aplicación es muy sencillo pero lleno de desafíos técnicos para el equipo de desarrollo. Milenio Lanzó una colección de Arte donde cada artista tenía un deadline para crear obra. Cada pieza estaba basada en una cancioń popular.

La propuesta de mi equipo fue animar la obra para que por medio de realidad aumentada ésta presentara movimiento y lograra escucharse la canción a la que cada pieza hacía referencia.

En este proyecto fui project manager. Dirigí un equipo de 2 animadores y 5 desarrolladores para generar el que también fue mi diseño de producto, ya que con la valiosa ayuda de mi equipo y el feedback del cliente tomé decisiones acerca del qué y el cómo de la aplicación en sus especificaciones técnicas.

También me tocó coachear de cerca a mi desarrollador Unity. Y por supuesto, hice el diseño de interfaz, asegurándome de que éste fuera correctamente implementada por desarrollo.

Además de todo esto se coordinaron esfuerzos con el staff de Grupo Milenio para cuadrar tiempos, pedir y recibir materiales así como recibir feedback de un par de cabezas importantes. Era un mecanismo de relojería que dependía de que el artista entregase su pieza, se consiguieran los derechos del audio y se actualizara la aplicación a tiempo para la presentación semanal de cada Obra artística.

Todas las aplicaciones de Realidad Aumentada que mi empresa generó en este período tenían una función particular: Hacer la captura de una fotografía y lanzarla a las redes sociales.

Mi aportación favorita en cuanto a interfaz es haber tomado un patrón de diseño común a todos los usuarios: La cámara. A partir de ella se diseñaron este y otros visores, de modo que por medio de un botón al centro se emulaba la función de tomar la fotrografía y un ícono indicaba al usuario que ese botón cumpliría la doble función de capturar y exportar al mismo tiempo. Esto era importante ya que en aquel momento los desarrolladores no pudieron lograr que la imagen se guardase en la galería del dispositivo de manera automática.